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domingo, 20 de septiembre de 2009

POEMAS. 3º POEMA. POEMA XII. LIBRO DE POEMAS "HK-G36E". EDITORIAL: INSTITUTO DE ESTUDIOS ALMERIENESES 2009.


XII

renuncié a tus labios
por la luz envuelta
en tu pupila:
la exacta imagen de tu cuerpo;

donde el hombre llegó nunca.


escribiste a través de mi cuerpo
con tus ojos; transformando
al verbo en labio,
asediando
los cuerpos del dolor.

extínguete entre mis brazos,

ante los márgenes
del cuerpo

y resiste el embate de la última emboscada.


- aún no he pactado el armisticio con tu piel -


entrégame una derrota más entre mis manos
con la revelación:
el mundo en tus ojos.

RELATOS A GLO. 9º RELATO: MIS NOCHES SIN TI


mis noches sin ti

I

el tiempo pasaba, y mi cuerpo – recluido en una celda llamada memoria – se resistía aún a la lucha sin cuartel de los días.

ahí todo es posible, incluso el vacío:

ahora
ya solo queda
vivir

,
aún sabiendo que este hecho es lo único que verdaderamente nos pertenece.

voy a dejar a un lado la materia; no quiero establecer mi cuerpo en espacios temporales.


la verdad: el tiempo se revela ilegítimo a cada uno de los seres humanos que habitaban en mi cuerpo;
no podía huir de ellos,
sencillamente;
les pertenecía,

sin duda.

estaba sujeto a cada uno de sus caprichos.

la realidad,
la única:
la elipsis que mi cuerpo quería dibujar era acaecer en cualquier calle, en cualquier lugar... como un humano

, nada más.

sin embargo, el cuerpo tiene autonomía propia; es sustancia, al fin y al cabo, que se revela como un impulso incontrolado que se deforma, y sigue girando alrededor de la materia o de un núcleo; el cuerpo no nos pertenece, recordad; sólo es nuestro el movimiento: su desplazamiento en el espacio.

hacía ya millones de latidos, en la que esa era mi lucha, la única:

afrontar la soledad en mi viaje hacia la muerte.

el tiempo muere, poco a poco, entre las manos del cuerpo; y en cada una de sus grietas huye el dolor, súbito, hacia el vacío de una copa de gin tonic a media noche;


así son mis noches sin ti: una huída continua por las calles del dolor; arrastrando al cuerpo, con un trozo de muerte entre los párpados.
así
son
mis noches
sin ti,
amor.

- en cada sonrisa de un niño, se encuentra agazapado un hombre dispuesto a luchar: yo residí alguna vez en uno de ellos, aunque ahora
no me reconozca
en ninguno -

alzo
al verbo
entre el paladar
para volver a proclamar tu nombre; sin embargo, todo vuelve a ser dolor a mi alrededor, incluso el aire.

destruyendo hasta el último resquicio de mi ser que me devuelva hacia ti otra vez, y dejar, por un momento, la noción de esta tormenta que azota las provincias de mi piel; ese
es mi lamento:
el último.


quizás es tarde para decirte que te quiero.


pero
no importa
,

este impulso incontrolado sigue su cauce por las arterias, sin atender a nada más, que al deseo furtivo de volver a tener tus labios; de volver a ser humano entre tanto asfalto y edificios de cemento coronando mis sienes.

he vuelto
desde el infierno, para proclamar que te quiero, simplemente; he vuelto para encumbrarte como mi única heroína sobre este mundo aluminado que se abre sobre mis manos.

no me queda
nada más
que tu recuerdo
y mis ansias por verte recorriéndome en cada uno de los centímetros de mi ser que habitan en mis venas.

la tarde ha caído, y con ella mi cuerpo sobre estas calles. y aún me quedan las ganas de mis ansias por verte:


te quiero,


,
como el abismo que existe en las sienes de un loco que busca en la muerte advertir el poema final:
volver,

volver a encontrarte

de nuevo.

Fin