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sábado, 24 de octubre de 2009

POEMAS. 4º POEMA. POEMA I. LIBRO DE POEMAS "HK-G36E". EDITORIAL: INSTITUTO DE ESTUDIOS ALMERIENESES 2009.



I


desperté


solo;


mi cuerpo:
la luz escrita de tus ojos.


recuerda nuestra destrucción,

donde aún no la luz
y oscuras torres sobre nuestra piel


ardían ocultas.

RELATOS A GLO. 11º RELATO: SOBRE LOS BRAMIDOS ESTÉRILES


sobre los bramidos estériles



I


todo era una ilusión: incluso la vida.

acaecía con su cuerpo toda la materia que le inundaba alrededor; así era como se había creado a lo largo de la historia: como una enorme mentira en las puertas del abismo.


todos los días volvía al mundo anónima contra el vacío de los cuerpos.

no conocía a nadie; no se reconocía en ningún lugar.

dormir,
descansar,
vivir
se hacía una pesadilla inagotable que nunca terminaba.

había confiado la custodia de toda sus ilusiones a un trozo de pan y a un futuro llamado inmigración.

en su viaje,
desde el infierno a las cloacas:
patera moribunda anclada entre su sien: cadáveres, puertos, hombres, y más hombres: hambre en alta mar; y soledad

,
soledad arrancado hasta el último ábside de sus huesos.
esa era su cruz,
blanca sobre su sangre;
No existiría una vida siguiente; lo sabía: morimos en el mismo instante en el que lo aceptamos.

todos los días, se levantaba de la cama, preparaba su cuerpo para pugnar una vez más y se abría paso entre la multitud; y como de costumbre, el hambre seguiría azotando la sien – aún después de tanto viaje -

su habitación: un motel de carretera en el infierno, llamado sida.
un sueño: sobredosis

y un paraíso;

quedaba ya menos camino para regresar a casa; la muerte asecha en cualquier esquina; lo anunciaba el galope del caballo entre sus arterias.

el sexo de la noche volvía a poner precio a sus víctimas; mañana, como siempre habrá plexiglás apurado en una barra de bar, ropa de diseño y algunas monedas en el bolsillo... así comenzará una batalla de tras otra, una noche más, al borde de una carretera entre sudor, frío y semen entre los labios:

ya no habrá lugar para llorar sobre los bramidos estériles de los neones.



Fin