Como ciego entre columnas
Errante,
la luz,
se volvió contra nosotros.
Nos inhibió
la memoria delatora
ante la acusadora realidad.
Crueles,
dejamos al fulgido cuerpo de la inocencia,
buscar la mirada del padre
ante la tempestad de las palizas.
Permitimos,
que alzara la vista
intentando esquivar al consecuente delator,
mientras que desfiguraba su rostro a golpes
y su quebradizo llanto,
como ciego entre columnas,
optaba por implorar
que la dejasen en paz,
o
que,
otra más,
no
trascendiese
a
una
página.
Consentimos,
que se ocultase
para evitar la vergüenza
de reconocerse en el espejo.
Apenas,
antes de haber sido
Mujer:
Átomo infinito,
Luz,
Miel…
tú, que engendraste al hijo bajo tus alas…
escapa,
ordena,
crece, Niebla, crece
entre los dedos;
haz de tu retina
la estirpe de la luz de los hombres;
sigue exhibiendo en tu frente
que no dejarás de luchar
hasta ver tu libertad.
Libro de poemas "Corporeidad de la Luz".
Editorial Ediciones Idea, 2007.
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