«Para que nuestros hijos no tengan miedo, para que puedan
seguir soñando, para poder seguir viviendo, aunque sea entonando el himno de tu
cuerpo, amor. Con los labios apretados, con el corazón en la boca, con el alma
exhausta, como siempre, como cuando llego a casa y núbil vuelvo a amarte».
No hay comentarios:
Publicar un comentario