UNA SÍLABA
I
sus ojos: brecha en la oscuridad
,
luz.
en ese momento, las sábanas cubrían nuestros cuerpos;
vuelo, al fin, sobre la materia;
tras articular siempre las mismas palabras, una sílaba atravesó la habitación... algo que no parecía origen de la lengua de los hombres, y cuyo significado sólo quedaba legitimado al cuerpo y a las grietas del dolor.
su cuerpo temblaba, sin sentido aparente, y se acercaba hasta donde me encontraba,
l e n t a m e n t e,
dejando como única separación al silencio entre nuestra piel.
su respiración era cada vez más profunda y pausada;
,
luz.
en ese momento, las sábanas cubrían nuestros cuerpos;
vuelo, al fin, sobre la materia;
tras articular siempre las mismas palabras, una sílaba atravesó la habitación... algo que no parecía origen de la lengua de los hombres, y cuyo significado sólo quedaba legitimado al cuerpo y a las grietas del dolor.
su cuerpo temblaba, sin sentido aparente, y se acercaba hasta donde me encontraba,
l e n t a m e n t e,
dejando como única separación al silencio entre nuestra piel.
su respiración era cada vez más profunda y pausada;
dejando entre cortado el
a
i
r
e
;
espacio,
este último,
donde parecía advertirse.
antes de que perdiese la conciencia como individuo autónomo, logré volver donde la caída,
donde los ojos
y sola una razón
:
ella.
i
r
e
;
espacio,
este último,
donde parecía advertirse.
antes de que perdiese la conciencia como individuo autónomo, logré volver donde la caída,
donde los ojos
y sola una razón
:
ella.
he vuelto, otra vez más, a
c
a
e
r
en nos,
tre tus ma
como un atardecer incuestionable sobre octubre.
Fin
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