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viernes, 15 de mayo de 2009

RELATOS A GLO. 4º RELATO: SOLO UNA MIRADA





SOLO UNA MIRADA



I




permanecía retenido en el líquido cristal: salitre sobre los ojos;

se sucedía sobre la vida conforme iba avanzando la patera; tan solo una brecha entre la soledad, una barra de madera hiriendo nostalgias; el objetivo: perseguir la onda arrebatada por el viento.

cayendo la noche, era inevitable pensar en el mar; cómo tímido cubría nuestros cuerpos; el hombre es un animal en busca de un sueño; aquí, detrás del mar, sólo somos rehenes de nuestro silencio.

nos rige la naturaleza: la libertad. Estamos sujetos a la ley del más fuerte. y aquí el más fuerte es el océano que acaba al borde del labio con sal, arena y hambre.

decepcionaría a la verdad si no dijese que soy un moribundo; soy un hombre hambriento, cuya única condena es haber nacido en África; soy un enfermo del capitalismo, ahogado por una corbata liberal que arrastra a mi pueblo sobre SIDA, guerras y pateras encalladas, en no sé qué playa del Mediterráneo

– disculpad, si infectamos vuestro suelo de piel negra, de piel horadada de sangre, y más sangre–


para que exista el mundo deben de existir dos individuos que estén
dispuestos a convivir. – establezco la necesidad del hombre como ser humano-

no me queda más remedio.


reconozco que soy un individuo encerrado en este mundo; mi castigo: ser un hombre; ser simplemente un hombre al que le han quitado la dignidad de querer seguir estando vivo

- no me equivoco al decir esto -

aún tengo el recuerdo líquido en mi retina de un sueño: ser libre; me aferro a esta ensoñación como un náufrago al dolor – aún estoy vivo y puedo recordarlo- me permito pensar, aún a costa de mi vida, aún sabiendo que puedo acabar siendo un cuerpo a la deriva, un trozo sencillamente humano barrado en unas piedras: isla, al fin y al cabo, sobre la roca.

- intento levantar mi cuerpo, pero no puedo: es el frío que oxida hasta la última gota de sangre. retorno, otra vez, al principio: desplegar las manos en horizontal, como aspas al aire; hundir mis dedos en la arena y alzar al cuerpo: levantarme; pero no puedo: no puedo; poco a poco, mi cuerpo semeja una forma arqueada -

Sólo una mirada: horizonte son tus brazos; y mi cuerpo ancla sobre esta arena

- He muerto, sin poder decírtelo a la cara-




Fin

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