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viernes, 3 de julio de 2009

RELATOS A GLO. 6º RELATO: SUBORDINADO.




SUBORDINADO


I




había de terminado de observar todo aquello que se interponía
en su retina;

un estudio preliminar de los dominios que iban hacer delimitados por su cuerpo.

había pasado cerca de cuatro años contemplando las regiones del dolor: todos aquellos territorios alrededor de su cuerpo.

contribuir a la explotación del éxito de ese trabajo, suponía trascender más allá de los objetos; describir la realidad que existía oculta detrás de la materia, sin haber palpado nunca más allá de los márgenes que limitaban la existencia del objeto matérico;

su máxima aspiración personal era no sobrepasar la honesta ambición de la satisfacción de transgredir la sustancia
.


sus ojos:
la frontera entre la verdad y el verbo.


todas las mañanas, hacía lo mismo.

destacaba un rayo de luz de su pupila entre los párpados; el objetivo: hallar vida fuera del cuerpo. hacía tiempo que había olvidado la textura de la tierra
,
húmeda

entre unas manos; el contacto del aire a quemarropa contra su piel: último vestigio
éste

del movimiento del ser;



su temor: buscar, otro día más, sus derrotas entre las sábanas.

- el espacio donde el ser humano cae es el resultado de la acción del individuo sobre la materia; es donde gira el cuerpo, corpóreo de luz, declinando el sueño, hasta la llegada de unos brazos: una enfermera, también es un elemento válido para el desarrollo de esta acción: toda partícula gira alrededor de un cuerpo -

desnudarse a contra labio, hallando lo infinito de la existencia:
la vergüenza
;

centímetro a centímetro, hasta desbordarlo por los ojos, por el alma, por las manos; podría ser evitable si tuviesemos la capacidad de fuga o de evasión que tiene el aire después de haber constituido al verbo

- esta vez, soy humano, y no me queda más remedio-

- el hombre es el único animal que choca dos veces con la misma piedra: y esa vez la piedra se llamó: alcohol, diesiocho años, coche y paraplejia;

mi cuerpo, subordinado a una cama de hospital, se desborada sin límites, en busca del misterio de la luz:

hubiese pedido ser un rubor al borde del labio y rectificar; o que me dijesen: tranquilo, todo ha sido un sueño; y despertar luego;

y sin embargo, mi cuerpo sigue subordinado a una cama de hospital:
inmóvil
,
exacto;
cumpliendo con su cometido:

ser un objeto al borde de la luz.


Fin

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