
I
estaba sucio.
- mi cuerpo: sórdida materia que sobre la tierra emergía -.
aún podía contener el olor de la pólvora entre las mandíbulas; mis manos vacilaban con la arena del desierto entre los dedos... y poco a poco, cada grano que se deslizaba por mi mano, huía de la verticalidad
súbito
hacia el suelo.
-a veces, la tierra recuerda sangre en todos sus dominios: la sien;
y se hace difícil discernir entre la realidad y la materia; a veces, y sólo a veces, se hace imprescindible morir:
cuando no queda
más remedio -
esta sensación,
aquí
en el desierto,
sola
llegaba hasta dentro;
parecía como si el verbo quisiese salir, y gritar; por un momento, el sonido de las ametralladoras dejó de existir; otra mañana más
,
me decía:
sigo vivo.
me contuvo un poco; bajé la cabeza, pensativo, y tras meditar sólo pude ser capaz de dejar un lugar en la memoria para el silencio.
estaba sólo;
esperando un impulso que me devolviese a la vida.
un poco después, la sed arremetió contra los márgenes de la garganta, contra las provincias de la piel
- mi cuerpo: sórdida materia que sobre la tierra emergía -.
aún podía contener el olor de la pólvora entre las mandíbulas; mis manos vacilaban con la arena del desierto entre los dedos... y poco a poco, cada grano que se deslizaba por mi mano, huía de la verticalidad
súbito
hacia el suelo.
-a veces, la tierra recuerda sangre en todos sus dominios: la sien;
y se hace difícil discernir entre la realidad y la materia; a veces, y sólo a veces, se hace imprescindible morir:
cuando no queda
más remedio -
esta sensación,
aquí
en el desierto,
sola
llegaba hasta dentro;
parecía como si el verbo quisiese salir, y gritar; por un momento, el sonido de las ametralladoras dejó de existir; otra mañana más
,
me decía:
sigo vivo.
me contuvo un poco; bajé la cabeza, pensativo, y tras meditar sólo pude ser capaz de dejar un lugar en la memoria para el silencio.
estaba sólo;
esperando un impulso que me devolviese a la vida.
un poco después, la sed arremetió contra los márgenes de la garganta, contra las provincias de la piel
,
dejándolas exhaustas,
sórdidas,
torvas
encías entre el paladar:
la sed se hacía casi incontenible entre los dientes.
dejándolas exhaustas,
sórdidas,
torvas
encías entre el paladar:
la sed se hacía casi incontenible entre los dientes.
la ciudad fue arrasada:
cumplimos nuestro objetivo;
desde ese entonces, toda posibilidad de volver se redujo a temor; a dolor, al fin y al cabo, entre el cuerpo
- duelen los huesos cuando el hambre te martilla la sien y sólo ves desierto, sed y HK entre las manos;
lo sé:
mis labios-cuartearon-cada-palabra-que-articulé -
la muerte pasa;
el dolor no:
es el resultado inequívoco de la existencia;
la agonía
lo único que hace es destruir la quietud entre el cuerpo y el fusil
,
entre el hombre y el silencio.
entre el hombre y el silencio.
espero
la última orden.
las calles están vacías; ni un solo cuerpo alrededor de la materia;
sólo silencio
y dolor
,
dolor encendiendo las últimas farolas de la tarde
que aún
quedan en pie.
“Operación India / Foxtro - Irak
CONAPRE – PLUS ULTRA III
Contingente de Apoyo al Repliegue.
Brigada de La Legión”.
El autor.
Diwanya - Irak. 2004.
No hay comentarios:
Publicar un comentario