Entrevista a Joan Margarit
Con motivo del IV Encuentro Nacional de las Artes y de las Letras del Mediterráneo, la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía (dirigida por Isabel Arévalo) y el Centro Andaluz de las Letras, han hecho posible que el escritor y arquitecto catalán Joan Margarit, Premio Nacional de Poesía, clausure el Encuentro. En esta ocasión, tuvimos la posibilidad de poder charlar con uno de los escritores más influyentes de la Literatura en castellano y el escritor más leído en lengua catalana. Su estética realista e intimista, está llena de un gran aliento lírico. Tras la lectura de sus versos, el lector puede desvelar la esperanza y el amor, aunque a veces, como dice el poeta, no sea suficiente. En estos días, Joan Margarit aprovechará su estancia en Almería para presentar en la Biblioteca Pública Provincial de Almería “Francisco Villaespesa”, sus dos últimas obras: “Todos los poemas (1975-2012)” (Ediciones Austral) y “Amar es dónde” (Visor Libros).
1.
¿Ha venido alguna vez a Almería?
No es la primera vez que vengo a Almería.
He venido en muchas ocasiones. Y tengo una especial amistad con unos escritores
almerienses muy especiales: Antonio Lafarque y Luis Almansa. Unos amigos con
los que siempre he tenido una íntima amistad.
2.
¿Qué es lo que más le agrada de Almería?
Almería es una ciudad encantadora. El
Paseo es precioso, parece un jarrón de flores, sus árboles pequeños, sus bares,
su gente. Siempre me he sentido muy cómodo. Recuerdo la Isleta del Moro que me
invita a volver a las vivencias que tuve con Javier Egea. Es un lugar especial
porque pude estar en muchos lugares donde él pasó sus días. Y por aquella época
escribí un poema sobre él, al cual siempre le he tenido un especial apego.
3.
Hablando de escritores y poetas, Don Joan, ¿es cierto que para que un poema sea
creíble, debe llevar consigo una cierta violencia íntima?
Sí, claro. Pero me refiero al
reconocimiento. Es decir, tú lo encuentras dentro de ti y el otro debe de
reconocerlo. Y el poema es como una partitura donde el lector debe reconocerla y hacerla
suya.
4. En uno de sus discursos, habla de la existencia entre el buen
poeta y el buen lector, ¿Cómo advertimos su existencia?
Si el lector no sabe que debe
de hacer un esfuerzo, no puede existir el poema. En la novela, sin embargo,
puedes relajarte. Manejas los tiempos y los ritmos internos, pero en el poema
eso no sucede. Para leer un poema se debe realizar un esfuerzo mayor y eso le
va a conllevar una tensión que sólo es resuelta con que se establezca una
relación entre el poema y el lector. Si eso no se produce, el poeta ha
fracasado. Por lo general, el poeta suele ser el responsable de esa derrota
entre el lector y el poeta.
Un mal poema no es neutral. Como no es neutral dejar una basura en
la calle. No cambiaría el planeta, pero no va a favor de nadie. No hay nada
inocuo.
5. ¿Concibe el poema como una tragedia?
Desde un punto de vista platónico, sí. Se puede interpretar así.
Es donde se encuentra el público y Sófocles en el escenario de la tragedia. Y
aquí la tragedia es el poema. Es la causa del dolor. Es donde el lector y el
poeta encuentran aquella parte que no conocían y que les perturba. Les
conmueve. Y si por un momento nos paramos a pensar y definimos al lector de esa
tragedia, nos daremos cuenta que ese es el lector de un poema. Cualquiera que
pueda leer, puede enfrentarse a un poema. Porque sería falso decir que no es
así. Ya que la lectura de un poema necesita un esfuerzo. Porque mirarse dentro
de sí y buscar dentro del alma de un poema así lo requiere. Y aquí nadie regala
nada por nada. Y si alguien da algo, es porque le está engañando.
6. Cuando leo sus poemas, a la hora de enfrentarme al texto
poético, observo que obliga a seguir al lector a tener viva esa necesidad de
búsqueda, a saber qué esconde el poema o si hay algo más ahí dentro y aún no ha
sido revelado. Y eso implica necesariamente un nivel de autoexigencia, ¿en la
vida real es usted también autoexigente con usted mismo? ¿Suele ser implacable
con usted mismo?
Sí, es así. Es la necesidad de hallar ese encuentro entre el
lector y el poema. Un encuentro que previsiblemente les lleve a seguir juntos
mucho tiempo, incluso toda la vida. Y, quizás, de ahí viene la autoexigencia.
7. ¿Cree usted en la honestidad del poeta a la hora de escribir?
No me gusta la honestidad, porque es una palabra anterior. Creo en
la realidad: sé lo que es, pero cuando quiero explicarlo no sé lo que es. Y el
poeta está a su servicio. El poeta que no respeta este valor, jamás hará un buen
poema. Y cada poeta debe intentar buscar esa realidad.
El poema debe de buscarse dentro de uno mismo. Un poeta debe de
partir de su propia vida. Lo primero que necesita un poeta es una inspiración.
Es así de poco democrático. Pero es así. La inspiración hace que el poeta
relacione una serie de cosas que hace que un rayo de luz en su interior se
active. Uno se pone a buscar dentro de sí y es entonces cuando aparece o no el
poema. Y en esa búsqueda tienes que intentar confluir en las mismas necesidades
o en las mismas tal que el otro, que el lector: Para acabar pensando esa
persona que lee el poema: ese o esa soy yo.
El escritor catalán presentó sus libros “Todos los poemas (1975-2012)” (Ediciones Austral) y “Amar es dónde” (Visor Libros) en la Biblioteca Pública Provincial de Almería “Francisco Villaespesa” (C/Hermanos Machado, s/n), el martes día 28 de abril de 2.015, a las 20:00 hrs. El público asistente pudo presenciar el recital de un autor que es imprescindible para entender cuál es la verdadera búsqueda del ser humano. Una puerta abierta para encontrarnos en el lugar más inesperado. Pase lo que pase y cueste lo que cueste.
Guillermo de Jorge, Diario de Almería, 2015
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