"Nos quieren como la espiga, después de la siega. Depositados en el suelo, en el hueco, en el ataúd. Nosotros somos su moneda de cambio. El precio que hay que pagar, para que algunos sigan manteniendo su nivel de vida. Mientras que en otros campos, en otros territorios, en otros lugares son las vidas de los otros las que se van, las que se ejecutan, las que se eliminan".
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