"La legitimación del discurso del odio, así como la normalización de la burla y la mofa sobre las personas de los diferentes colectivos, alimentan el rechazo, la marginación, las agresiones y, por ende, las acciones coercitivas hacia la vida de personas que, le guste a quien le guste, existen, existirán y serán defendidas y protegidas por aquellos que tienen y tenemos un compromiso real con la igualdad, la justicia y los derechos humanos".
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